Mariposas en la Ciudad

Descubriendo la Magia de Eueides vibilia en el Campus de Univalle

Por: Francisco López-Machado, Biólogo y fotógrafo de Naturaleza.

Muchas veces, estamos tan inmersos en la cotidianidad de nuestra vida, en nuestros desplazamientos de la casa al trabajo, del trabajo a la casa, a la universidad, que no nos damos cuenta de la naturaleza que nos rodea. Sin embargo, si nos tomáramos un momento para observar nuestro entorno, podríamos descubrir muchas cosas maravillosas, incluso en la ciudad.

Un ejemplo de esto es lo que está sucediendo actualmente (julio y agosto de 2024) en el campus de la Universidad del Valle, en la ciudadela universitaria de Meléndez, al sur de Santiago de Cali. En estos momentos, hay una explosión de población de una mariposa muy particular, Eueides vibilia (Godart, 1819). Lo fascinante de este fenómeno es que está al alcance y a la vista de cualquier persona que se detenga en este sendero de la universidad y simplemente observe a su alrededor.

Figura 1. Adulto de la mariposa Eueides vibilia (Godart, 1819).

En medio del bullicio académico y el tráfico de estudiantes, estas mariposas han encontrado un refugio perfecto entre los árboles de Passiflora arborea del grupo de las Passiflora, las favoritas de esta especie para reproducirse. Las hembras depositan sus huevos en las hojas de estos árboles, y las larvas, voraces devoradoras, se desarrollan rápidamente. Es común ver las pupas adheridas no solo a las plantas, sino también a las paredes de los edificios cercanos. Este comportamiento gregario es un espectáculo fascinante para quienes se detienen a observar. Con un poco de paciencia, se puede apreciar todo el ciclo de vida de Eueides vibilia, desde la puesta de huevos hasta la emergencia de los adultos, pasando por el crecimiento de las larvas y la formación de las pupas.

Figura 2. Larva de la mariposa Eueides vibilia desplazándose en busca de alimento en un arbusto de Passiflora arborea.

La planta hospedera principal de Eueides vibilia es Passiflora arborea, un árbol del subgénero Astrophea de la familia Passifloraceae. Este árbol puede alcanzar alturas de entre 5 y 10 metros y se caracteriza por su tronco recto y ramas cilíndricas glabras. Sus hojas ovaladas, poseen glándulas nectaríferas cerca de la base del nervio central, lo cual es fundamental para la ecología de la mariposa. Como la mayoría de las plantas de esta familia, las flores blancas y perfumadas de Passiflora arborea no solo añaden belleza al paisaje, sino que también proporcionan un lugar ideal para que estas mariposas y otros polinizadores se alimenten de ellas. Distribuida en Colombia y Ecuador, esta especie se encuentra típicamente entre los 1.000 y 2.300 metros sobre el nivel del mar, principalmente en los bordes de bosques y carreteras.

Figura 3. Ilustración de Passiflora arborea elaborada por DALL-E a partir de 2 fotos de Internet.

Cuando me informaron sobre este evento, decidí que valía la pena documentarlo. Me encontré con una colega y amiga en la universidad, quien me indicó exactamente el lugar donde podía observar esta maravilla natural. Al llegar, quedé maravillado al ver la impresionante cantidad de mariposas volando de un lado a otro, tanto a nivel del suelo como en las copas de los árboles.

Figura 4. Pre-pupa de Eueides vibilia adherida a una pared de ladrillo de un edificio junto al sendero. En el estado de pre-pupa, la larva deja de alimentarse y se cuelga en una posición característica con la cabeza hacia abajo.

Figura 5. Pupa de Eueides vibilia adherida a una hoja de Passiflora arborea. En esta fase de su ciclo de vida, la mariposa se encuentra en estado de metamorfosis, durante el cual su cuerpo se reorganiza internamente para transformarse de larva a adulto.

Fue una experiencia increíble. Pasé toda la mañana fotografiando todos los estados de desarrollo, desde las larvas hasta los adultos apareándose, incluyendo la delicada postura de los huevos, que a su vez sirven de alimento para otros insectos, como una larva de Chrysopidae sp. (Neuroptera: Chrysopidae) que observé alimentándose de los huevos, y unas diminutas avispas parasitoides del género Telenomus (familia Scelionidae) emergiendo de los huevos en lugar de las larvas originales.

A continuación, les comparto algunas de las fotografías que logre tomar de este fascinante evento natural. Espero que disfruten viéndolas tanto como disfrute tomándolas.

Figura 6. Adulto recién emergido de Eueides vibilia esperando a que sus alas terminen de endurecerse para poder iniciar el vuelo.

Figura 7. Apareamiento de Eueides vibilia en la planta hospedera Passiflora arborea. Esta planta provee no solo alimento para las larvas, sino también un entorno adecuado para las etapas reproductivas de los adultos.

Figura 8. Huevecillos de Eueides vibilia adheridos al envés de una hoja de Passiflora arborea. Estos huevos, dispuestos en patrones organizados, son una muestra del cuidado con que la mariposa selecciona el lugar adecuado para la incubación y desarrollo de sus crías.

Figura 9. Huevecillos de Eueides vibilia siendo depredados por una larva de Chrysopidae sp. (Neuroptera: Chrysopidae). Este comportamiento es común entre las larvas de crisopa, que se alimentan de huevos de insectos y otros pequeños invertebrados, desempeñando en algunos casos, un papel importante en el control de poblaciones de plagas.

Figura 10. Adulto recién emergido de Eueides vibilia esperando a que sus alas terminen de extenderse. Durante este proceso, el fluido hemolinfa es bombeado a través de las alas para expandirlas y endurecerlas, preparándolas para su primera experiencia de vuelo.

Figura 11. No todos los adultos de Eueides vibilia sobreviven. Algunos terminan como alimento de otros insectos, arañas o incluso reptiles. En la imagen, un adulto de Eueides vibilia atrapado en una telaraña, un recordatorio de las constantes interacciones depredador-presa en la naturaleza.

Figura 12. Huevecillos de Eueides vibilia parasitados por avispas del género Telenomus, familia Scelionidae.

Este fenómeno nos recuerda la importancia de conservar y proteger nuestros entornos naturales, incluso en medio de la ciudad. La presencia de Eueides vibilia y su planta hospedera, Passiflora arborea, en el campus de la Universidad del Valle subraya la necesidad de preservar estos espacios, que se convierten en refugios vitales para diversas especies. Cada pequeño espacio verde puede convertirse en un oasis urbano donde la vida silvestre puede completar su ciclo de vida y donde fenómenos naturales como la reproducción de mariposas pueden seguir ocurriendo.

La conservación de estos hábitats es fundamental, no solo para mantener la biodiversidad, sino también para asegurar que podamos seguir disfrutando de la belleza y la magia que estos seres vivos nos ofrecen día a día. Al participar activamente en la protección de nuestros ecosistemas urbanos, estamos enriqueciendo nuestras propias vidas y asegurando que futuras generaciones puedan maravillarse con estas experiencias únicas. Invito a todos a valorar y cuidar estos espacios, evitar la contaminación y respetar la vida silvestre que los habita. Solo así podremos seguir celebrando la biodiversidad que nos rodea.

Francisco López-Machado

Biólogo y Fotógrafo de Naturaleza

Agosto 4 de 2024